domingo, 28 de diciembre de 2008

Zapatos memorables


Zapatazos memorables

En un período de 48 años, han ocurrido dos mundialmente famosos incidentes de protesta, usando los zapatos para captar la atención mediática.

La primera ocurrió en Nueva York, el 12 de octubre de 1960, durante la sesión plenaria de las Naciones Unidas. En esa ocasión, el delegado de la Unión Soviética era Nikita Khruschev, héroe de guerra y el hombre fuerte de aquél país. El delegado filipino era Lorenzo Sumulong, y tuvo a bien pronunciar un discurso que, partiendo de la historia colonial de Filipinas, hablaba en favor de la independencia de las naciones. Con ese motivo, hizo un llamado a la Unión Soviética para que dejara en libertad a las naciones sujetas a su yugo tras la cortina de hierro.

La reacción de Nikita no se hizo esperar. Con un zapato en la mano, a la vista de toda la asamblea, golpeó fuertemente su banca, y enfurecido, llamó a Sumulong “tonto” y “lacayo del imperialismo norteamericano”. Eran aquéllos los tiempos difíciles de la llamada “guerra fría”.

El segundo incidente fue el que provocó el reportero irakí Muntazer el Zaidi el pasado 14 de los corrientes, cuando, durante una rueda de prensa, lanzó sus dos zapatos como proyectiles contra el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Éste llegó a Bagdad de manera inesperada y sorpresiva, e iba acompañado del actual presidente de Irak.

Los zapatazos llevaban un mensaje “este es tu beso de despedida, perro”, palabras que gritó el Zaidi a la vez que los lanzaba. Se trataba de una obvia referencia a las innumerables muertes causadas por la intervención norteamericana en Irak, y a la vez, al fin del mandato de Bush, quien será sustituido por el presidente electo Obama a partir de enero. Mucho se ha comentado que en el Medio Oriente, llamar “perro” a una persona, o lanzarle un zapatazo, es la peor ofensa que se le puede hacer. De manera que este incidente fue en realidad un atentado mediático contra Bush y contra todo lo que él representa para Irak.

En este momento, Muntazer el Zaidi es percibido en Irak como una especie de “vengador”, y su popularidad en esa nación es inmensa. Por su parte, el presidente Bush pasará a la historia como el mandatario menos querido y menos confiable en los 232 años de existencia de los Estados Unidos de América, según lo reportan las encuestas.

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