¡Fuego!
Por la Lic. Consuelo Esquivel.
LA MALDICION DE LAS PRESAS.- Desde que algún político o burócrata, se le ocurrió hacer Presas para que el agua que corría por tajos y ríos libre, se estancara en aquellos lugares, para así tener un “control” y de ese modo beneficiarse por medio de trácalas para vender el agua al mejor postor, los propietarios de predios ejidales que tienen necesidad del agua pasaron a fregarse.
DESESPERADOS.- Hace unos días productores desesperados por los límites que les ponen para soltarles el agua suficiente para sus riegos, abrieron las compuertas en la represa de San Fernando. No lo hubieran hecho, la Conagua como can con rabia se les echó encima, procediendo a denunciar ante las autoridades de Durango y Coahuila a los responsables por la extracción del agua.
LO QUE HAN HECHO LAS PRESAS.- La construcción de las presas, nos ha dejado: mala distribución del agua a productores del campo; los mantos freáticos se están acabando; las aguas termales que antaño se podían disfrutar, como por ejemplo los de “Juan Guerra” se secaron por falta del agua corriente y mientras eso pasa, la nómina en la Conagua, que no era necesaria –para nada- crece y se chupa buena parte del presupuesto Nacional, con el agravante de que sus funcionarios, cada vez son más déspotas y prepotentes, porque según ellos, a los módulos de riego no todos tienen derecho, porque, el agua, no es de todos.
MANTOS AGOTADOS.- Esperemos que las autoridades federales tengan comprensión y no sancionen a los que abrieron esas compuertas, porque sería una injusticia. Mientras tanto, nosotros ciudadanos con sed y peligro de contraer un cáncer por arsenicismo, estamos esperando a ver cuándo se les da su real gana, de dejar correr agua por el lecho seco y reseco del río Nazas. Aquí los esperamos.
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(Continuará mañana
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