¡Fuego!
Por la Lic. Consuelo Esquivel.
LOS ROBOS.- A diario estamos leyendo noticias de que se roban de 7 a 8 vehículos al día; igualmente se nos informa que los robos en casas habitación y a negocios van de los l0 a los l2 casos mínimo y que inclusive, por la incapacidad de las autoridades para resolverlos mucha gente se abstiene de denunciar. No sabemos en realidad qué está pasando o porqué no se atienden estos asuntos, pues no marchan si los denunciantes no ponen dinero de su parte, pues siempre les dirán que “no hay para gasolina” y que solo echándole, camina.
¿DÓNDE ESTÁ LA AUTORIDAD? Mientras que regidores y funcionarios andan en el columpio y dejan de ejercer sus deberes para los que fueron electos, quienes son comandantes de la policía, un señor Castellanos Castro y don Alfonso Chavira, quienes tienen a su cargo la buena imagen y eficacia de la Policía, a la que catalogaron de “La mejor en el Norte de México”, están dejando que sus hordas de salvajes policías atropellen y vejen a la población indefensa. Ignoran sus superiores que el policía es la cara de la autoridad por la que usted votó.
UN CASO.- El sábado 2l de junio, aproximadamente a las l0:30 de la noche, fueron interceptados unos jóvenes por el Boulevard Constitución por dos patrullas. Los muchachos, temerosos de esos “malditos retenes de la muerte” arrancaron al ver la prepotencia con que eran tratados y fueron alcanzados a la altura de Chilchota, los bajan del vehículo con derroche de violencia, los esposan y empieza una fenomenal golpiza a quienes habían osado huir, con una cobardía que seguramente es solapada por los jefes anotados arriba. Para ese momento ya se encontraban rodeados por diez patrulleros mismos que al ver cómo eran atacados, por solidaridad a sus compañeros guardianes del orden, igualmente golpeaban y pateaban a los supuestos infractores, que a esas alturas no veían lo duro sino lo tupido de estos cobardes sujetos.
EL ORDEN.- Imagínese usted, si esto hacen con jóvenes de familias acomodadas, ¿Qué no harán con los pobres? Como ejemplo le pondremos el caso de un joven que en estado etílico empezó a armar desorden en su casa. Su madre, para aplacarlo, llamó a la policía. Vinieron, se lo llevaron, le dieron una santa y descomunal golpiza que lo dejó al borde de la muerte, cuando que la obligación de los guardianes del orden era remitirlo y la autoridad correspondiente, que para eso hay leyes, para sancionarlo, pero no, estas bestias están ávidas de maltratar a quienes con sus impuestos pagan sus sueldos, para que los protejan. ¿Qué medidas habrá de tomar nuestro joven y sonriente Presidente Municipal? ¿O no le importa la imagen que está dejando en la ciudadanía elementos que deben ser suspendidos y sancionados por abusones?
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(Continuará mañana)
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