lunes, 29 de diciembre de 2008

La reaparicion de EMM


La reaparición de EMM



José Guadalupe Robledo Guerrero

En su Tercer Informe de Resultados, el gobernador Humberto Moreira fue el anfitrión de connotados personajes que asistieron al tradicional evento de “rendirle cuentas al pueblo de Coahuila”. Y a pesar de que cada uno de los invitados tuvo sus motivos para estar presentes en la ceremonia, se les dio una cobertura periodística invocando ocurrencias y fantasías políticas.

Seguramente ningún analista o conocedor de los rituales de la clase política mexicana ignora que, por ejemplo, Beatriz Paredes asistió al evento no sólo porque era su obligación como dirigente nacional del priismo, sino también porque es un personaje a quien el gobernante coahuilense le ha dado un especial trato y una deferencia distinguida. Además, no en cualquier estado el PRI logra el añorado “carro completo” como en Coahuila.

La presencia de los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PRI en el Senado y en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, también tiene sus justificantes. Por un lado, HMV les ha dado su lugar y los ha cultivado políticamente, y por la otra, el gobierno y el priismo coahuilense le han dado una notable cabida y un apapacho inusitado al controvertido patrón de ambos: el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, quien en su segunda y publicitada visita a Coahuila, fue recibido con bombo y platillos en Torreón, supuestamente invitado por los empresarios priistas de aquella región, precisamente una semana después del Informe, para que el antipopular ex Presidente comentara su libro “La Década perdida”, y cínicamente responsabilizara al neoliberalismo que él impuso en México, del desempleo que priva en nuestro país. ¡Qué poca...!

En el caso de los gobernandores también hay motivos para su asistencia. Enrique Peña Nieto, por ejemplo, no desaprovechara ninguna invitación de sus homólogos para asistir a sus informes con el fin de placear sus aspiraciones presidenciales y amarrar apoyos a su precandidatura. El resto de los mandatarios estatales asistieron al Informe de Moreira por reciprocidad, diplomacia o simplemente para encontrarse con Peña Nieto u otro asistente.

Por su parte, los exgobernadores coahuilenses -con excepción de Enrique Martínez- asistieron al Informe por disciplina y para seguir conservando sus canongías y privilegios, fundamentalmente económicos (boletos de avión, “asesorías”, sueldos, aviadurías, etc.), pues políticamente ya no tienen ningún prestigio por las raterías de sus sexenios, por eso no tiene caso dedicarle más espacio a sus motivos de asistencia.

Sin embargo, por las connotaciones políticas que giran a su alrededor, el personaje más importante que asistió al III Informe de Humberto Moreira fue el ex gobernador Enrique Martínez y Martínez, aún cuando fue omitido periodística- mente, a pesar de las secuelas políticas que para Coahuila tendrá la reaparición pública de Enrique.

Hay quienes dijeron que Enrique había asistido al Informe para acompañar al gobernador de Edomex, Enrique Peña Nieto, pero esto suena pueril. Otros aseguran, con las mismas dosis de superficialidad, que lo hizo para agradecer que dos de sus familiares directos, su hijo y su sobrino, habían conseguido una diputación local. Lo cual no concuerda con la idiosincrasia de EMM.

Seguramente, Humberto Moreira decidió rehacer su amistad con quien mucho tuvo que ver en su arribo a la gubernatura, y el Informe fue el marco para hacer público su reencuentro. ¿Qué pasó? Sólo ellos lo saben, pero de ser cierto este restablecimiento de relaciones amistosas, será en bien del gobierno, del priismo, de la política estatal y de la terminación del sexenio.

Para el que escribe este comentario, fue un suceso de buenos augurios. Reiteradamente en este espacio y en pláticas informales, hemos insistido en la necesidad de reunificación del moreirismo y del enriquismo. También es cierto que para aquellos que le apuestan a la salida conflictiva del gobierno moreirista, la situación no fue de su agrado. Y no es para menos. Si el reencuentro se consolidad con seriedad y sin demagogia ni simulaciones, la política coahuilense experimentará cambios sustanciales. Para empezar habrá otros políticos con mayor experiencia y conocimiento que se sumarán y estarán listos para sustituir a los funcionarios que nada han hecho por cumplir con las encomiendas gubernamentales de Moreira, y en esta tesitura se encuentran casi todos los miembros del gabinete.

Por otro lado, de restablecerse en serio la amistad entre HMV y EMM, desaparecerá del escenario político el fantasma de una sucesión conflictiva, de cobro de facturas y revanchas políticas. De allí que el resto del sexenio moreirista será para armonizar las fuerzas reales del priismo coahuilense, que ahora ha levantado la bandera de la preocupación social por los necesitados.

Independientemente de las filias y las fobias personales, lo cierto es que los dos grupos más importantes del priismo coahuilense son dos: el que comanda Humberto y Rubén Moreira, y el que reconoce en Enrique Martínez a su líder. Los demás son satélites que giran, y seguirán girando, en torno del planeta sexenal en turno, que es al mismo tiempo el que palomea a los huéspedes de las nóminas gubernamentales, y el que otorga cargos, salarios y puestos de “elección popular”

De la armonía que logren en sus relaciones el gobernador y el ex gobernador se derivará la situación de orfandad de los conspiradores y complotistas, quienes ya no tendrán un centro gravitacional para sus anhelos revanchistas. Enhorabuena, los pleitos políticos son muy caros..

robledo_jgr@hotmail.com
contacto@elperiodicodesaltillo.com

No hay comentarios: