jueves, 20 de marzo de 2008

Carta Urgente a Elba Esther

Carta urgente a Elba Esther


Por: Jorge Zepeda Patterson

Sólo usted puede salvarse a sí misma. Hace diez años era considerada una líder sindical poderosa sí, pero atípica, colaboradora del Grupo San Ángel, interesada en la apertura política del país, amiga de muchos personajes progresistas y de corrientes democratizadoras. Hoy en día, en cambio, la opinión pública la percibe como el villano número uno de México, la imagen favorita de los caricaturistas para ilustrar la corrupción y la democracia abortada. Ha desplazado a Carlos Salinas como el sospechoso usual de los males políticos que aquejan al país, sea por razones ciertas o inventadas.
Su máscara desplazará muy pronto a la del ex presidente como motivo de chunga y mofa de lo más odiado y representativo de los males del sistema.
Esta imagen de villana favorita está a punto de hacerse irreversible. Está pasando a la categoría de mito construido colectivamente. Existe un punto de no-retorno tras del cual no importa qué se haga, todo termina por acentuar y galvanizar la leyenda. Tal comienza a ser su caso. Su campaña de anuncios con su voz y rostro para divulgar avances en la educación, no hacen sino acrecentar la animadversión del público, que no cree en lo que se anuncia, pero advierte el uso de recursos sindicales con fines personales. Sus recientes declaraciones para descalificar a Josefina Vázquez Mota como cabeza de la SEP, provocó el consenso de tirios y troyanos, quienes en un alud de artículos y programas de radio y TV repudiaron lo que fue percibido como una táctica burda para hacerse del control total de la Secretaría. A partir de ahora todo lo que usted haga, al margen de sus propósitos, está condenado a generar sospechas y repudio.
¿Qué convirtió a la Maestra en la Darth Vader de México? La clave está en la traición de Madrazo a fines del año 2003 y lo que usted hizo luego para sobrevivir. En su carácter de líder de los diputados del PRI, había negociado la aprobación de un incremento en el IVA para dotar al Gobierno de los recursos fiscales imprescindibles para sanear las finanzas públicas. Era una decisión valiente: al margen de que estemos de acuerdo o en desacuerdo sobre la pertinencia de tal impuesto, hay que admitir que no era fácil para una líder sindical empujar una medida impopular. Probablemente usted estaba convencida de que eso era lo mejor para el país. Muchos dirán que en realidad usted se vendió a Fox por cálculo político. Pero no es tan claro, o por los menos hay margen para la duda: Fox andaba por la mitad de su sexenio y los aires ya favorecían la causa de López Obrador. Lo que sucedió después todos los sabemos: Madrazo se arrepintió en último momento y decidió echarle
a usted la culpa y sacrificarla.
En los siguientes años usted ha impulsado una cruzada, primero para sobrevivir y luego para acrecentar su poder. Hizo alianzas, se convirtió en factor decisivo en el triunfo de Calderón y exigió el cobro de facturas. El problema es que no ha sabido cuándo y dónde detenerse.
Venció a sus enemigos, pero en el proceso provocó los odios de muchos. Usted representa una amenaza prácticamente para toda la clase política. El PRI y el PRD padecen sus embates para favorecer al PAN en los procesos electorales; harán todo lo necesario para disminuirla. Para el PAN es una piedra en el zapato; una aliada vergonzante que incomoda a muchos militantes. Para el presidente Calderón ha pasado de ser un matrimonio de conveniencia para convertirse en una amante impresentable. Difícilmente hay un gobernador que quiera enemistarse con usted. Pero de igual forma hay muy pocos que quisieran tomarse la foto o ser vistos como aliados incondicionales. Su beso político puede ser el beso de la muerte. Nadie se atreve a desafiarla, pero a sus espaldas resienten su poder y divulgan su mala imagen.
Sólo usted puede salvar a Elba Esther Gordillo. Eso sólo será posible pasando a la historia como la protagonista de una verdadera revolución educativa del país. Sólo usted está en condiciones de utilizar el enorme poder del sindicato para producir una sacudida desde adentro. Usted nunca será presidenta de México, ni le será concedida la titularidad de la SEP.
Enriquecerse más tampoco debe ser un aliciente a estas alturas de su fortuna. Arrancar mayores privilegios para un sindicato cuyos miembros concentran el 90% del presupuesto de educación y cobran el equivalente a 466 días al año y descansan en 90, mientras la educación se deteriora, sólo aumentará el resentimiento hacia su gremio. De porfiar en esos caminos, simplemente garantiza la satanización de su nombre. Con alta probabilidad de que tras su muerte, tarde o temprano, un nuevo líder busque limpiar la imagen del sindicato tumbando estatuas y repudiando su memoria. Ya de por sí, la disidencia sindical le acusa de represión y asesinatos.
¿Por qué no encabezar una revolución de proporciones “vasconcelianas”? Sin duda eso significaría romper candados y privilegios gremiales que impiden mejorar la calidad del magisterio. Pero justamente para eso es el poder. Su habilidad y su oficio político permitirían conducir un proceso paulatino de modernización y profesionalización sin perder el control de los instrumentos para conseguirlo. Las características de Josefina Vázquez Mota incluso son propicias para la tarea, porque es una de las pocas figuras “fuertes” del
Gabinete y una de las panistas con menos carga ideológica y/o con mayor apertura.
Una revolución educativa no resulta cosa fácil, pero es el momento de hacerla. La Nación entera apoyaría una cruzada de este tipo, a condición de que sea auténtica y no una maniobra para ganar protagonismo o ampliar parcelas de poder. Sería un proceso lento y necesita el apoyo de muchos. Eso significa dejar de ser una amenaza y convertirse en motor de las buenas causas. Algo a lo que usted jugó a ser hace algún tiempo y abandonó en el camino. No estoy seguro que pueda lavar su imagen, pero la educación merece el intento. www.jorgezepeda.net

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