sábado, 15 de marzo de 2008

Miles d "Casinitos" Invaden a Torreón

Miles de “Casinitos” invaden a Torreón:
Los niños a punto de caer en el vicio


Por: Manuel Padilla Muñoz
Es criminal inducir o permitir que los niños caigan en los vicios; es de lesa humanidad cuando quienes los promueven o no los evitan son funcionarios públicos; más grave aún cuando es la primera autoridad del municipio, el alcalde José Ángel Pérez y su director de Inspección y Verificación, Heriberto Martínez, incumplen la ley.
Para males en Torreón, lo que nos faltaba: Maquinas tragamonedas para niños, llamados también “casinitos” o “mini casinos” han invadido las colonias de Torreón en una malsana intención de que nuestros niños, indefensos, se convierten en adictos a los juegos de azar y muy pronto empiecen los menores a descuidar sus tareas escolares, los lugares donde se instalan esas maquinas repletos de niños que abandonan sus escuelas, las casas a sufrir pequeños robos y la pérdida de los valores morales porque un grupo de “empresarios sin conciencia social” pagan solamente 600 pesos mensuales al municipio por cada máquina pero ganan muchos miles de pesos diariamente.
Inducir a nuestros niños o facilitarles el camino a los vicios, no solamente debe ser condenado, sino hasta considerarlo un crimen de lesa humanidad pues los niños no tienen todavía formado su criterio y son presa fácil de los adultos que tratan de inducirlos al vicio y lo que de ello sigue.
Todo el daño moral a nuestra niñez se “justifica” porque existe un convenio con los propietarios inconsciente de estas máquinas de pagar 600 pesos mensuales al municipio por cada una de esas máquinas que se instalan. Pero, ¿se puede justificar de alguna manera el daño a la niñez?
Hasta cierto punto, quizás se puede entender que loa adultos se aficionen a los juegos de azar, mal llamados de habilidades por los casinos ubicados en nuestra ciudad hasta llegar a una enfermedad llamada adicción.
Lo que no tiene justificación alguna es que los niños, los más desprotegidos, quienes en su inocencia apenas se empiezan a asomar a la vida y su criterio no les permite discernir sobre loa bueno y lo malo, sean víctimas de quienes de manera ilegal tratan de hacerse millonarios.
“Es una forma de enviciar a los niños en estos juegos de apuesta”, manifestó una ama de casa, quien también le metió dinero a la máquina.
Señaló que cuando no ganas, provocas en la persona las ganas de seguirle metiendo dinero para recuperar lo perdido. Unos adolescentes que gustan de jugar nos dijeron que las máquinas están programadas para que después de cierta cantidad de perdedores, hay uno o dos ganadores. Ellos calculan que asistan niños que no saben esto y en determinado número de ellos que pierden, los adolescentes juegan y ganan. Así están a la espera de la oportunidad en las afueras de donde se encuentran los “mini casinos”
Los tragamonedas para niños funcionan sin control en la ciudad de Torreón por falta de normas.
Hay maquinas para niños que tienen ciertas figuras masculinas y otras para niños que, a su vez, tienen figuras femeninas, según pudimos notar.
Padres de familia se quejan de que decenas de tragamonedas de fabricación funcionan de manera ilegal cerca de los establecimientos educativos. Además, revelan que los escolares gastan el dinero destinado para el recreo y el transporte en estos aparatos.
Desde hace más de un mes, centenares de maquinitas conocidas como “traga monedas” fueron ubicadas en tiendas y otros centros comerciales, algunas de ellas en plena calle, como en el crucero llamado Las Cinco esquinas, en la colonia Jacarandas, convirtiéndose en la adicción de los niños y el dolor de cabeza de los padres al no poder controlar a sus hijos, que valiéndose de mentirillas blancas logran obtener unos pesos para jugarse la suerte con el nuevo juego.
Estas máquinas están generando fuertes críticas de la población al considerarlas “juegos de azar” dañinos para la formación de los niños, que a diario se concentran principalmente en horas de la noche, a jugarse la suerte después de sacrificar el dinero que con duras penas les dan sus padres para la merienda en clases.

PEQUEÑOS JUGADORES COMPULSIVOS

Pero otros, a como nos cuenta doña Sofía Flores, habitante de la colonia Jacarandas y madre de tres menores, empiezan a inventar mentiras para conseguir el peso, “mis hijos prefieren ir a jugar en la maquinita que comerse el dinero a la hora de recreo y cuando no los dejo ir a jugar, se van con el pretexto de ir a comprar cualquier cosa a la venta y lo peor es que el vuelto nunca me lo entregan”.
Los beneficios económicos recibidos por los dueños de las tiendas donde se instalan los “mini casinos”, corresponden al veinte por ciento de las entradas recaudadas semanalmente, que oscilan de acuerdo a algunos de ellos entre cuatrocientos a quinientos pesos. En algunos casos varía dependiendo del negocio en que se ubica, alcanzando cifras hasta de ochocientos pesos.
Cada tienda o negocio decide si aceptar o no el contrato propuesto por los dueños de las máquinas, que cada siete días se disponen, con llaves en mano, a abrir los candados de las alcancías conteniendo el jugoso dinero de los inocentes infantes que se juegan el todo por el todo para ganarse unos pesos, pero que son los pocos pues la mayoría de ellos pierden pues así están programadas las máquinas.


JUEGOS PELIGROSOS PARA EL APRENDIZAJE DEL NIÑO

Algunos especialistas en psicología, como el Dr. Trinidad Caldera, considera que este tipo de juegos, al igual que los nintendos y otros entretenimientos electrónicos modernos, influyen negativamente en la etapa de formación de los niños, ya que incorporan el juego como un hábito, perdiendo la noción de la realidad.
“Además, pierden las posibilidades de socializarse con las personas al desarrollar juegos con máquinas que no generan relaciones interpersonales”, indicó el Dr. Caldera.
El uso desmedido del Internet y de las caricaturas en la televisión, también son factores negativos en el desarrollo de los niños que siguen confundiendo la realidad de la fantasía.

EMPIEZAN PEQUEÑOS HURTOS

Consideró que estos juegos repercuten en el aprendizaje de los menores, quienes mantienen concentrada su atención en el horario en que podrán jugar y en cómo adquirir el dinero necesario para satisfacer sus deseos de ganar, desobligándose de sus estudios y de la necesidad de alimentarse.

Una de las adicciones más peligrosas que pueden desarrollar los niños, según la psicóloga, son los pequeños hurtos que empiezan a producirse para conseguir el dinero, y las mentiras a los padres para escaparse de la casa.

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