domingo, 25 de mayo de 2008

El DVR, monumento a la corrupción

Monumento a la corrupción
Por: Manuel Padilla Muñoz
Los escombros de lo que fue el Distribuidor Vial Revolución (DVR), que a un alto costo ha sido derribado y a más alto costo será reconstruido, deberían quedar para la posteridad como un monumento a la IMPUNIDAD de los funcionarios de la pasada administración estatal y la complicidad de la actual.
Que fue un complot de corrupción puede confirmarlo el hecho de que las dos empresas que llevaron a cabo la construcción del proyecto que fue la obra magna de Enrique Martínez y Martínez Acolsa y BM Proyectos y Construcciones, las empresas consentidas del régimen enriquista, ya desaparecieron; hace poco tiempo, se declararon en quiebra y se auto embargaron para no ser despojadas de sus bienes que deben haber sido muchos pues obtuvieron grandes prebendas en el sexenio anterior.
Además, a pesar de las investigaciones oficiales sobre este mega fraude, quien aparece como presunto responsable, un empleado de Obras Públicas del Estado de tercera categoría, sigue libre. Ese es el juicio legaloide. El juicio del pueblo, de la historia, marca a Enrique Martínez y Martínez, ahora protegido por el gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, a cuyo equipo de trabajo se integró y Jorge Viesca, quien sigue libre en la Comarca Lagunera. Estos dos son a los que el pueblo considera responsables.
No así el gobernador Humberto Moreira quien ante un señalamiento al respecto dijo que quien se la haga de bronca a Enrique (Martínez y Martínez) se las verá primero con él (Con Humberto Moreira) Fue el mensaje de la complicidad de la actual administración estatal y la impunidad que le brinda.
Y todos esos millones de pesos, los invertido en la obra de tercera categoría pero cobrada como si fuera de primera, el de su demolición y ahora en la reconstrucción, serán pagados por el sufrido pueblo de Coahuila que se mata trabajando para pagar sus impuestos, dinero que manejan nuestros gobernantes para enriquecerse ilícitamente sabedores de que gozarán de impunidad. La maldita impunidad que tanto ha dañado al pueblo de México.
Ya no creemos en promesas de que habrá justicia. Ahí está la justicia, ausente de Todo Coahuila, mientras los responsables, los verdaderos responsables, no loos “chivos expiatorios”, siguen paseando libremente su riqueza mal habida.
Todavía, como lejano eco, se escuchan las palabras del gobernador Humberto Moreira el día que tomó posesión de su cargo: “En Coahuila, los delincuentes estarán fuera del estado o en la cárcel”.
Pues no, señor gobernador, los delincuentes siguen libres en la calle y se pasean por el todo el estado. ¿El gobierno de la gente? ¿De cuál gente, señor gobernador?

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