Domingo de reflexión
Por: Manuel Padilla Muñoz
Vivo en una región donde los presidentes municipales se sienten reyezuelos y manejan los gobiernos municipales en forma discrecional, como si fueran empresas privadas.
Vivo en una ciudad donde la pobreza no se oculta y progresa en forma exponencial cada vez mientras los que concentran la riqueza son cada vez menos.
Vivo en una ciudad donde los ciudadanos parecen estar castrados ante la voracidad de sus gobernantes que saquen las arcas públicas e imponen sus criterios personales y de partido en vez del interés de la ciudadanía (remenber lo de PASA).
Vivo en una ciudad donde se entrega dinero del pueblo (20 millones de pesos el municipio y 100 millones el gobierno del estado) a una empresa privada (Cervecería Corona) para construir su estadio de futbol donde nunca, jamás, nuestros deportistas torreonenses podrá utilizar esas instalaciones deportivas.
Vivo en una ciudad donde se construye un DVR deficiente, que necesariamente tiene que ser demolido y reconstruido llevándose muchos millones de pesos más que paga el sufrido pueblo de Coahuila mientras los responsables gozan de total impunidad.
Vivo en una región donde el alcalde de Lerdo, Carlos Aguilera, viola flagrantemente la Constitución y argumenta que debido a que la planta tratadora de agua es una “obra trascendental, como si esto fuera excusa para delinquir.
Vivo en una ciudad que hace dos décadas figuraba como la número once en el ámbito nacional; ahora se encuentra más del vigésimo lugar por falta de infraestructura municipal.
Vivo en una ciudad donde el alcalde, antes de gobernar, se dedica a hacer apuesta a su homólogo de Monterrey sobre el resultado de los juegos de Santos Laguna y Monterrey.
Vivo en una ciudad, en una región, con muchos problemas. Muchos de ellos por la apatía de los ciudadanos quienes consideran normal que los políticos nacieron mintiendo, viven mintiendo y morirán mintiendo. Eso será hasta que el pueblo quiera.
Por eso debemos dedicar, cuando menos, un día a la reflexión de los asuntos políticos de nuestra Comarca Lagunera. Después de todo, el hombre es un zon politikon (animal político)
Vivo en una ciudad donde la pobreza no se oculta y progresa en forma exponencial cada vez mientras los que concentran la riqueza son cada vez menos.
Vivo en una ciudad donde los ciudadanos parecen estar castrados ante la voracidad de sus gobernantes que saquen las arcas públicas e imponen sus criterios personales y de partido en vez del interés de la ciudadanía (remenber lo de PASA).
Vivo en una ciudad donde se entrega dinero del pueblo (20 millones de pesos el municipio y 100 millones el gobierno del estado) a una empresa privada (Cervecería Corona) para construir su estadio de futbol donde nunca, jamás, nuestros deportistas torreonenses podrá utilizar esas instalaciones deportivas.
Vivo en una ciudad donde se construye un DVR deficiente, que necesariamente tiene que ser demolido y reconstruido llevándose muchos millones de pesos más que paga el sufrido pueblo de Coahuila mientras los responsables gozan de total impunidad.
Vivo en una región donde el alcalde de Lerdo, Carlos Aguilera, viola flagrantemente la Constitución y argumenta que debido a que la planta tratadora de agua es una “obra trascendental, como si esto fuera excusa para delinquir.
Vivo en una ciudad que hace dos décadas figuraba como la número once en el ámbito nacional; ahora se encuentra más del vigésimo lugar por falta de infraestructura municipal.
Vivo en una ciudad donde el alcalde, antes de gobernar, se dedica a hacer apuesta a su homólogo de Monterrey sobre el resultado de los juegos de Santos Laguna y Monterrey.
Vivo en una ciudad, en una región, con muchos problemas. Muchos de ellos por la apatía de los ciudadanos quienes consideran normal que los políticos nacieron mintiendo, viven mintiendo y morirán mintiendo. Eso será hasta que el pueblo quiera.
Por eso debemos dedicar, cuando menos, un día a la reflexión de los asuntos políticos de nuestra Comarca Lagunera. Después de todo, el hombre es un zon politikon (animal político)
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