El fantasma del atentado
Por: Manuel Padilla Muñoz
No lo dicen abiertamente pero lo sugieren. El fantasma del atentado ronda no solamente la Casa Presidencial de Los Pinos, sino la sede del PAN, la secretaría de gobernación y hasta la familia Mouriño.
En el ánimo fúnebre, en la sede del PAN, con la voz entrecortada, Germán Martínez, dirigente nacional, leyó la carta póstuma con lo que intentó inyectar ánimo pero que solo provocó aumentar la incertidumbre:
“Por la memoria (...) no vamos a permitir que el narcotráfico y la droga lleguen a nuestros niños. Por tu memoria limpia y valiente, el PAN no va a pactar con delincuentes, por eso te prometo que sin flaquezas ni desmayos, sin miedo y sin vacilaciones, los panistas estaremos al lado del presidente Calderón... porque son más dolorosos los males por la cobardía que una muerte inesperada en plenitud de su vigor y participando de una esperanza común... nunca te dobló el miedo ni a tí ni a tu inseparable amigo Arcadio”.
¿Qué fue lo que verdaderamente quiso decir el jefe de los panistas? ¿Por qué la referencia a los narcotraficantes y a la droga? ¿Qué saben en la casa presidencial, en la sede del PAN, en la familia de Mouriño que no sabemos el resto de los mexicanos que asocian la muerte del ex secretario de gobernación con el narcotráfico? ¿Por qué advierte Germán Martínez que “el PAN no va a pactar con delincuentes”?
Insinuante también es la carta póstuma que publicó el padre de Juan Camilo. Parte del texo dice:
“Iván, tu accidente no puede cambiar el rumbo de las cosas. El accidente nos tiene que quedar claro, que la lucha tuya y de las autoridades tiene que continuar con tanta o más fuerza que hasta ahora. Convencidos de que los vamos a derrotar, que hay un ejército ciudadano detrás de todos nosotros, del Presidente, de las cámaras, de los partidos, de las autoridades y de las instituciones, que nos empujan con fuerza.
Que sabemos que en la dificultad está el empuje de miles de ciudadanos que han dicho basta. Que cada vez somos más y más decididos. Que los vamos a acorralar, empujar al precipicio y que, con su derrota, podamos sonreír y decirles a todos los que lucharon por los mismos ideales: misión cumplida.”
¿A quién arrojarán al precipicio, a quién se pretende acorralar sociedad y gobierno? ¿Acaso se refiere al narco el padre de Iván para que, al ser derrotado se puede decir: misión cumplida?
Aunque no lo dice en forma abierta, existen signos de que el mismo presidente Felipe Calderón piensa en un atentado. Sobre todo en sus dos primeros discursos donde no reconoce, con exactitud, un accidente.
Son muchos los que asocian la tragedia con el narcotráfico porque, en una guerra, como la que sostiene el gobierno calderonista contra el narcotráfico, todo se puede esperar del enemigo.
En el grupo cercano al presidente Calderón está presente el atentado que sufrió Iván ---como le llaman también sus amigos a Juan Camilo--- en Oaxaca y las amenazas de muerte que recibió de parte del crimen organizado; amenazas de muerte que también ha recibido Felipe Calderón, por las extradiciones de importantes narcotraficantes a los Estados Unidos, como sucedió en Colombia.
Después de ese atentado en Oaxaca, el Estado Mayor Presidencial incrementó la seguridad del secretario de gobernación dejando fuera a elementos de la misma secretaría de gobernación y de la PGR por considerar que estas instituciones estaban permeadas por el narco, como así se ha demostrado ahora.
Dentro de las investigaciones se indaga ahora por qué no hubo personal del Estado Mayor Presidencial en San Luis Potosí, donde Mouriño abordó el jet rumbo a la ciudad de México y donde fácilmente pudo haber sido manipulado para fines perversos. ¿Hubo o no cambio de piloto del avión en esa ciudad?
Era inocultable el miedo y la paranoia que había en el gabinete presidencial porque se consideraba que algunos grupos subversivos, entre ellos el EPR, habían pactado con el crimen organizado para atentar contra el secretario de gobernación que ya para ese tiempo era un cadáver político para la elección presidencial del 2012 después de que se hicieron públicos los contratos que firmó con funcionarios y burócratas de Pemex en un claro conflicto de intereses.
En las cúpulas del PAN existe la creencia, fundamentada pero sin pruebas, de que la caída del avión no fue un accidente sino un atentado como mensaje al presidente Calderón de que el crimen organizado tiene el poder para llegar a cualquier nivel del gobierno federal, incluyendo al propio presidente. Este jamás ha mencionado que fue un accidente como lo ha sostenido Luis Tellez sino que más bien deja entrever un atentado a su entrañable amigo.
La noche misma del accidente, un vecino me contaba que podía haber sido un piloto que fue obligado por el narcotráfico a provocar el accidente donde también encontraría la muerte dejando a su familia con mucos millones de pesos para su futuro. En las altas esferas del PAN se habla de un Kamikase.Once meses es un tiempo muy largo para conocer los detalles del suceso
Por: Manuel Padilla Muñoz
No lo dicen abiertamente pero lo sugieren. El fantasma del atentado ronda no solamente la Casa Presidencial de Los Pinos, sino la sede del PAN, la secretaría de gobernación y hasta la familia Mouriño.
En el ánimo fúnebre, en la sede del PAN, con la voz entrecortada, Germán Martínez, dirigente nacional, leyó la carta póstuma con lo que intentó inyectar ánimo pero que solo provocó aumentar la incertidumbre:
“Por la memoria (...) no vamos a permitir que el narcotráfico y la droga lleguen a nuestros niños. Por tu memoria limpia y valiente, el PAN no va a pactar con delincuentes, por eso te prometo que sin flaquezas ni desmayos, sin miedo y sin vacilaciones, los panistas estaremos al lado del presidente Calderón... porque son más dolorosos los males por la cobardía que una muerte inesperada en plenitud de su vigor y participando de una esperanza común... nunca te dobló el miedo ni a tí ni a tu inseparable amigo Arcadio”.
¿Qué fue lo que verdaderamente quiso decir el jefe de los panistas? ¿Por qué la referencia a los narcotraficantes y a la droga? ¿Qué saben en la casa presidencial, en la sede del PAN, en la familia de Mouriño que no sabemos el resto de los mexicanos que asocian la muerte del ex secretario de gobernación con el narcotráfico? ¿Por qué advierte Germán Martínez que “el PAN no va a pactar con delincuentes”?
Insinuante también es la carta póstuma que publicó el padre de Juan Camilo. Parte del texo dice:
“Iván, tu accidente no puede cambiar el rumbo de las cosas. El accidente nos tiene que quedar claro, que la lucha tuya y de las autoridades tiene que continuar con tanta o más fuerza que hasta ahora. Convencidos de que los vamos a derrotar, que hay un ejército ciudadano detrás de todos nosotros, del Presidente, de las cámaras, de los partidos, de las autoridades y de las instituciones, que nos empujan con fuerza.
Que sabemos que en la dificultad está el empuje de miles de ciudadanos que han dicho basta. Que cada vez somos más y más decididos. Que los vamos a acorralar, empujar al precipicio y que, con su derrota, podamos sonreír y decirles a todos los que lucharon por los mismos ideales: misión cumplida.”
¿A quién arrojarán al precipicio, a quién se pretende acorralar sociedad y gobierno? ¿Acaso se refiere al narco el padre de Iván para que, al ser derrotado se puede decir: misión cumplida?
Aunque no lo dice en forma abierta, existen signos de que el mismo presidente Felipe Calderón piensa en un atentado. Sobre todo en sus dos primeros discursos donde no reconoce, con exactitud, un accidente.
Son muchos los que asocian la tragedia con el narcotráfico porque, en una guerra, como la que sostiene el gobierno calderonista contra el narcotráfico, todo se puede esperar del enemigo.
En el grupo cercano al presidente Calderón está presente el atentado que sufrió Iván ---como le llaman también sus amigos a Juan Camilo--- en Oaxaca y las amenazas de muerte que recibió de parte del crimen organizado; amenazas de muerte que también ha recibido Felipe Calderón, por las extradiciones de importantes narcotraficantes a los Estados Unidos, como sucedió en Colombia.
Después de ese atentado en Oaxaca, el Estado Mayor Presidencial incrementó la seguridad del secretario de gobernación dejando fuera a elementos de la misma secretaría de gobernación y de la PGR por considerar que estas instituciones estaban permeadas por el narco, como así se ha demostrado ahora.
Dentro de las investigaciones se indaga ahora por qué no hubo personal del Estado Mayor Presidencial en San Luis Potosí, donde Mouriño abordó el jet rumbo a la ciudad de México y donde fácilmente pudo haber sido manipulado para fines perversos. ¿Hubo o no cambio de piloto del avión en esa ciudad?
Era inocultable el miedo y la paranoia que había en el gabinete presidencial porque se consideraba que algunos grupos subversivos, entre ellos el EPR, habían pactado con el crimen organizado para atentar contra el secretario de gobernación que ya para ese tiempo era un cadáver político para la elección presidencial del 2012 después de que se hicieron públicos los contratos que firmó con funcionarios y burócratas de Pemex en un claro conflicto de intereses.
En las cúpulas del PAN existe la creencia, fundamentada pero sin pruebas, de que la caída del avión no fue un accidente sino un atentado como mensaje al presidente Calderón de que el crimen organizado tiene el poder para llegar a cualquier nivel del gobierno federal, incluyendo al propio presidente. Este jamás ha mencionado que fue un accidente como lo ha sostenido Luis Tellez sino que más bien deja entrever un atentado a su entrañable amigo.
La noche misma del accidente, un vecino me contaba que podía haber sido un piloto que fue obligado por el narcotráfico a provocar el accidente donde también encontraría la muerte dejando a su familia con mucos millones de pesos para su futuro. En las altas esferas del PAN se habla de un Kamikase.Once meses es un tiempo muy largo para conocer los detalles del suceso
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