Calderón ya no quiere queso,
sino salir de la ratonera
Por: Juan Antonio Estrada Soto.
Cuando Felipe Calderón apenas pensaba en ser candidato de su partido a la Presidencia de la República, imaginaba que si llegaba a ganar la contienda electoral, manejaría los cuantiosos recursos que son autorizados por el Congreso de la Unión cada año, y que dirigiría a un número importante de personas en su principal círculo de colaboradores y que estos a su vez, delegarían las actividades de cada dependencia en personas cercanas, de quienes no importaba si tenían experiencia o preparación. En fin, amigo lector, en esos momentos sólo eran pensamientos positivos los que llenaban la mente de Calderón, quien jamás pensó en cómo resolver los problemas que significan el tener las riendas de la nación, que a lo largo de los años se ha debatido más entre la carestía que en la abundancia.
Pero usted se preguntará ¿A que viene todo esto? Simple: desde el inicio de la gestión de Felipe Calderón como Presidente de la República, se han creado circunstancias que lo han llevado a vivir momentos difíciles como los últimos que hemos atestiguado, derivados de la lucha que emprendió en contra de los narcotraficantes y de la crisis alimentaría. Lo cierto es que estos dos problemas tienen su origen en los yerros que se han cometido desde las más altas esferas del poder.
Para nadie pasa desapercibido que en el enfrentamiento que se planteó desde los cuerpos policíacos federales y el ejército, la impunidad de ambos lados ha quedado al descubierto, debido a las formas y fondos que se utilizan en ambos lados y de lo cual somos testigos diariamente con sólo escuchar los noticieros. La impunidad con que actúan los malos de la película, queda en evidencia con las ejecuciones entre los cárteles o en contra de los representantes de la autoridad, pues quedan sin ser esclarecidos ante la complacencia o la falta de compromiso de quienes debierán procurar la justicia en el país.
Todo ello pasa ante la impotencia de la ciudadanía; y su temor de andar en las calles es mayor ante el riesgo de quedar entre el fuego cruzado de delincuentes contra delincuentes o de delincuentes contra la autoridad. Así que el slogan del gobierno federal de recuperar los espacios para los pobladores del país, queda como un fracaso más de la administración de Calderón, que entre más quiera salir bien librado de este embrollo más se hunde en él, llevándose en esa caída vertiginosa a la población, que en algunas ciudades del país ya vive en un ambiente de temor, que con el tiempo puede llegar a ser tan grave que las calles, fábricas y lugares de esparcimiento se conviertan en sitios fantasmas con el concerniente debilitamiento de la economía ya de por si en crisis. En pocas palabras, vivimos en la era de la IMPUNIDAD, sí, con letras mayúsculas.
El otro megaproblema es la crisis alimentaría, que apenas empieza a evidenciarse, y que repercutirá de forma grave en los sectores más desprotegidos del país. El gobierno por más que quiera confundir a la ciudadanía culpando a la globalización y a países como India y China de la falta de alimentos y su excesivo costo, ha perdido el control de la situación y ahora no sabe ni para dónde voltear a encontrar un culpable, siendo que desde hace tiempo se veía venir esta crisis.
Déjeme recordarle amigo lector, que desde hace poco más de 20 años las diversas administraciones federales, tanto priistas como las últimas dos panistas, han dejado sumido al campo mexicano en la más profunda pobreza e improductividad, debido a la falta de inversión en la producción de alimentos, ya que a lo largo de estos años las políticas públicas y la inversión se implementaron en otros rubros, y dejaron que las parcelas murieran ante la indiferencia de las autoridades y la falta de interés de los grupos económicos, que prefirieron invertir su capital en otras industrias pensando que se tenían garantizadas las suficientes cosechas, para darle de comer a los habitantes del país. ¿O el gobierno no recuerda desde cuando se incrementó la migración del campo a la ciudad y al extranjero por la extrema pobreza que existe en el agro mexicano?
Hoy, cuando esta problemática nos está empezando a repercutir de forma importante, las autoridades salen a decirnos que se tienen cuantiosos recursos para hacer frente a esta gravísima situación, que puede provocar que la gente salga a las calles para buscar los alimentos que le hacen falta a su familia. Así de enorme es el tamaño de este conflicto. Quién hubiera pensado que los kilos de maíz, de arroz, frijol, tortillas, carne o huevos, estarían tan caros que serían inaccesibles para la gran mayoría de los mexicanos. Así que amigo lector, ojalá que estos tiempos tan difíciles para el Presidente Calderón lo hagan reflexionar en lo que significa administrar la abundancia como las crisis, porque de otra manera vamos directo a conflictos sociales de pronóstico reservado, y que los mexicanos no nos merecemos o...¿usted que opina?...
jaestrada@terra.com
Por: Juan Antonio Estrada Soto.
Cuando Felipe Calderón apenas pensaba en ser candidato de su partido a la Presidencia de la República, imaginaba que si llegaba a ganar la contienda electoral, manejaría los cuantiosos recursos que son autorizados por el Congreso de la Unión cada año, y que dirigiría a un número importante de personas en su principal círculo de colaboradores y que estos a su vez, delegarían las actividades de cada dependencia en personas cercanas, de quienes no importaba si tenían experiencia o preparación. En fin, amigo lector, en esos momentos sólo eran pensamientos positivos los que llenaban la mente de Calderón, quien jamás pensó en cómo resolver los problemas que significan el tener las riendas de la nación, que a lo largo de los años se ha debatido más entre la carestía que en la abundancia.
Pero usted se preguntará ¿A que viene todo esto? Simple: desde el inicio de la gestión de Felipe Calderón como Presidente de la República, se han creado circunstancias que lo han llevado a vivir momentos difíciles como los últimos que hemos atestiguado, derivados de la lucha que emprendió en contra de los narcotraficantes y de la crisis alimentaría. Lo cierto es que estos dos problemas tienen su origen en los yerros que se han cometido desde las más altas esferas del poder.
Para nadie pasa desapercibido que en el enfrentamiento que se planteó desde los cuerpos policíacos federales y el ejército, la impunidad de ambos lados ha quedado al descubierto, debido a las formas y fondos que se utilizan en ambos lados y de lo cual somos testigos diariamente con sólo escuchar los noticieros. La impunidad con que actúan los malos de la película, queda en evidencia con las ejecuciones entre los cárteles o en contra de los representantes de la autoridad, pues quedan sin ser esclarecidos ante la complacencia o la falta de compromiso de quienes debierán procurar la justicia en el país.
Todo ello pasa ante la impotencia de la ciudadanía; y su temor de andar en las calles es mayor ante el riesgo de quedar entre el fuego cruzado de delincuentes contra delincuentes o de delincuentes contra la autoridad. Así que el slogan del gobierno federal de recuperar los espacios para los pobladores del país, queda como un fracaso más de la administración de Calderón, que entre más quiera salir bien librado de este embrollo más se hunde en él, llevándose en esa caída vertiginosa a la población, que en algunas ciudades del país ya vive en un ambiente de temor, que con el tiempo puede llegar a ser tan grave que las calles, fábricas y lugares de esparcimiento se conviertan en sitios fantasmas con el concerniente debilitamiento de la economía ya de por si en crisis. En pocas palabras, vivimos en la era de la IMPUNIDAD, sí, con letras mayúsculas.
El otro megaproblema es la crisis alimentaría, que apenas empieza a evidenciarse, y que repercutirá de forma grave en los sectores más desprotegidos del país. El gobierno por más que quiera confundir a la ciudadanía culpando a la globalización y a países como India y China de la falta de alimentos y su excesivo costo, ha perdido el control de la situación y ahora no sabe ni para dónde voltear a encontrar un culpable, siendo que desde hace tiempo se veía venir esta crisis.
Déjeme recordarle amigo lector, que desde hace poco más de 20 años las diversas administraciones federales, tanto priistas como las últimas dos panistas, han dejado sumido al campo mexicano en la más profunda pobreza e improductividad, debido a la falta de inversión en la producción de alimentos, ya que a lo largo de estos años las políticas públicas y la inversión se implementaron en otros rubros, y dejaron que las parcelas murieran ante la indiferencia de las autoridades y la falta de interés de los grupos económicos, que prefirieron invertir su capital en otras industrias pensando que se tenían garantizadas las suficientes cosechas, para darle de comer a los habitantes del país. ¿O el gobierno no recuerda desde cuando se incrementó la migración del campo a la ciudad y al extranjero por la extrema pobreza que existe en el agro mexicano?
Hoy, cuando esta problemática nos está empezando a repercutir de forma importante, las autoridades salen a decirnos que se tienen cuantiosos recursos para hacer frente a esta gravísima situación, que puede provocar que la gente salga a las calles para buscar los alimentos que le hacen falta a su familia. Así de enorme es el tamaño de este conflicto. Quién hubiera pensado que los kilos de maíz, de arroz, frijol, tortillas, carne o huevos, estarían tan caros que serían inaccesibles para la gran mayoría de los mexicanos. Así que amigo lector, ojalá que estos tiempos tan difíciles para el Presidente Calderón lo hagan reflexionar en lo que significa administrar la abundancia como las crisis, porque de otra manera vamos directo a conflictos sociales de pronóstico reservado, y que los mexicanos no nos merecemos o...¿usted que opina?...
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