¿POR QUÉ NADA MÁS A LOS
PRIISTAS Y PERREDISTAS?
Por: Fernando Rangel de León.
EL gobernador del Estado de Chihuahua, José Reyes Baeza –del PRI-, el pasado viernes once de julio, recibió una amenaza de muerte, para él y sus familiares, por parte de narcotraficantes, que cumplirían para en caso de que no quitara de sus puestos públicos a la procuradora de justicia y al primer comandante de la policía, ambos del estado; mediante “narcomantas” que fueron colocadas en lugares muy visibles en un puente peatonal ubicado a 300 metros de distancia de la casa donde vive la mamá del gobernador, en ciudad Delicias, Chih., de donde es originario.
La “narcoamenaza” se dio cuando el jefe del ejecutivo chihuahuense, en compañía de su esposa e hijos, se encontraba de vacaciones en Europa, hasta donde de inmediato le comunicaron el “narcoamago”; -desconociendo el autor de esta colaboración si ya regresó a Chihuahua-. El que también fue avisado hasta China, en donde se encontraba en gira de trabajo fue Felipe Calderón, quien de inmediato se comunicó con el gobernador Reyes Baeza, para solidarizarse en lo personal y ofrecerle en nombre del gobierno de la República, investigar las amenazas recibidas.
Esa es la primera amenaza que recibe un gobernador en el país, de parte del crimen organizado; no obstante que hubo otro, de apellido Cajigal en el estado de Morelos, que pese a existir pruebas de los nexos suyos con el narcotráfico, no fue tocado ni con “el pétalo de una rosa”, por el gobierno, primero de Fox, y ahora de Calderón; quienes le han dado impunidad hasta la fecha, pese a que no ha prescrito la acción penal; teniendo en común esos tres políticos, el ser del PAN.
Hace pocos meses en el estado de Guerrero, exactamente en la costa grande, un dirigente ganadero, de nombre Rogaciano, sufrió un atentado del crimen organizado, del que salió ileso; más no el hijo suyo, quien falleció en la balacera. Unas horas después de ese ataque, una jovencita hija de aquel, fue “levantada”, y hasta la fecha se ignora su paradero. Coincidentemente al igual que José Reyes Baeza, el lider ganadero Rogaciano, pertenecen al PRI.
Pero también aquí en la Laguna se dan esas coincidencias de que ninguno de los presos, “levantados”, baleados, ejecutados, y desaparecidos –a los que el gobierno Federal, quiere involucrar con el narcotráfico-, es del PAN; y no porque los gobernantes y políticos de ese partido sean unas “blancas palomitas”, sino porque están bien protegidos por las estructuras de poder que supuestamente están combatiendo al narcotráfico, como son la Presidencia de la República, Secretaría de Gobernación, Secretaría de la Defensa Nacional, Procuraduría General de la República –con todas sus subprocuradurías-, etc.
Basta recordar que Jesús Reyes Espino, era del PRI; Jaime Meraz Martínez y Francisco Héctor León García, pertenecían al PRD; y así por el estilo los demás personajes de la Laguna, que han sufrido atentados a sus derechos humanos, son de esos partidos.
En política no hay nada casual, sino causal; y la causa de esa discriminación en la persecución política, con pretextos del combate al crimen organizado, es la manera facciosa y fascista de gobernar el PAN.
Por: Fernando Rangel de León.
EL gobernador del Estado de Chihuahua, José Reyes Baeza –del PRI-, el pasado viernes once de julio, recibió una amenaza de muerte, para él y sus familiares, por parte de narcotraficantes, que cumplirían para en caso de que no quitara de sus puestos públicos a la procuradora de justicia y al primer comandante de la policía, ambos del estado; mediante “narcomantas” que fueron colocadas en lugares muy visibles en un puente peatonal ubicado a 300 metros de distancia de la casa donde vive la mamá del gobernador, en ciudad Delicias, Chih., de donde es originario.
La “narcoamenaza” se dio cuando el jefe del ejecutivo chihuahuense, en compañía de su esposa e hijos, se encontraba de vacaciones en Europa, hasta donde de inmediato le comunicaron el “narcoamago”; -desconociendo el autor de esta colaboración si ya regresó a Chihuahua-. El que también fue avisado hasta China, en donde se encontraba en gira de trabajo fue Felipe Calderón, quien de inmediato se comunicó con el gobernador Reyes Baeza, para solidarizarse en lo personal y ofrecerle en nombre del gobierno de la República, investigar las amenazas recibidas.
Esa es la primera amenaza que recibe un gobernador en el país, de parte del crimen organizado; no obstante que hubo otro, de apellido Cajigal en el estado de Morelos, que pese a existir pruebas de los nexos suyos con el narcotráfico, no fue tocado ni con “el pétalo de una rosa”, por el gobierno, primero de Fox, y ahora de Calderón; quienes le han dado impunidad hasta la fecha, pese a que no ha prescrito la acción penal; teniendo en común esos tres políticos, el ser del PAN.
Hace pocos meses en el estado de Guerrero, exactamente en la costa grande, un dirigente ganadero, de nombre Rogaciano, sufrió un atentado del crimen organizado, del que salió ileso; más no el hijo suyo, quien falleció en la balacera. Unas horas después de ese ataque, una jovencita hija de aquel, fue “levantada”, y hasta la fecha se ignora su paradero. Coincidentemente al igual que José Reyes Baeza, el lider ganadero Rogaciano, pertenecen al PRI.
Pero también aquí en la Laguna se dan esas coincidencias de que ninguno de los presos, “levantados”, baleados, ejecutados, y desaparecidos –a los que el gobierno Federal, quiere involucrar con el narcotráfico-, es del PAN; y no porque los gobernantes y políticos de ese partido sean unas “blancas palomitas”, sino porque están bien protegidos por las estructuras de poder que supuestamente están combatiendo al narcotráfico, como son la Presidencia de la República, Secretaría de Gobernación, Secretaría de la Defensa Nacional, Procuraduría General de la República –con todas sus subprocuradurías-, etc.
Basta recordar que Jesús Reyes Espino, era del PRI; Jaime Meraz Martínez y Francisco Héctor León García, pertenecían al PRD; y así por el estilo los demás personajes de la Laguna, que han sufrido atentados a sus derechos humanos, son de esos partidos.
En política no hay nada casual, sino causal; y la causa de esa discriminación en la persecución política, con pretextos del combate al crimen organizado, es la manera facciosa y fascista de gobernar el PAN.
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