lunes, 30 de junio de 2008

La paja en el ojo ajeno/Manuel Padilla Muñoz

La paja en el ojo ajeno...


Por: Manuel Padilla Muñoz
La hipocresía de Germán Martínez, presidente nacional del PAN, una vez más ha quedado de manifiesto. Su oportunismo lo lleva a acusar al perredista jefe de gobierno del Distrito federal, Marcelo Ebrad, como responsable de la muerte de 12 personas en un antro en la Ciudad de México, por ser jefe supremo de las fuerzas policíacas capitalinas.
Cierto es ---muchas veces lo hemos manifestado en Vespertino--- que el jefe de gobierno del Distrito Federal es corresponsable de todos los actos que lleven a cabo sus agentes policíacos porque, a final de cuentas, es el responsable de todos ellos. Lo mismo que Felipe Calderón es responsable de los cuerpos policíacos federales y un alcalde de sus agentes policíacos municipales.
Desde esta óptica es que Germán Martínez, presidente del PAN a nivel nacional, “ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el suyo”. Porque, si fiera sincero, tomando en cuenta que la sinceridad es la perfecta correlación entre lo que se dice y lo que se hace, con ese mismo rasero que mide al perredista Marcelo Ebrad, debería hacerlo con el alcalde panista de Torreón, José Ángel Pérez. Y no lo hace. Germán Martínez, como todos los panistas, navega con una doble moral: lo que hacen sus enemigos siempre estará mal pero lo que realizan sus correligionarios de partido, aunque sean peores ---como el alcalde de Torreón--, esos están bien y hasta se les prodiga impunidad a sus delitos. Así queda de manifestó la hipocresía del panista Germán Martínez. El pueblo no debe confiar en los hipócritas.
Germán Martínez acusa de corrupción al interior de la policía de Marcelo Ebrad. Y no lo dudamos que exista; cuando menos, nos queda el beneficio de la duda. El dirigente panista debe tener prueba de esa corrupción que debería aportar antes de generalizar.
Aquí, en Torreón, a través de Vespertino hemos dado y publicado infinidad de pruebas de la corrupción policíaca que es galopante al interior de la DSPM. No solamente lo hemos dicho, también hemos presentado pruebas. Y muchas personas más, incluyendo algunos militantes panistas tradicionalistas también, como el video escándalo que protagonizaron los altos mandos de la policía preventiva y que dio la vuelta al mundo en el portal de You Tube donde todavía se puede ver.
El alcalde panista José Ángel Pérez, sin siquiera una investigación más o menos seria, simplemente aplicó el axioma foxista de la ignorancia: “No veo, no oigo, no leo.” Lo mismo hizo con los otros servidores públicos del departamento de garantías que fueron “ventaneados” agarrando nalga de la secretaria. Para ellos, total impunidad.
En cambio, para los transportistas que defendían su derecho a manifestarse, a no estar de acuerdo con los caprichos del alcalde; los comerciantes ambulantes antes de que los doblegaran por presión y por hambre, recibieron represión y golpes de parte de los cientos de agentes policíacos joseangeliano y luego, como bultos, arrojados en las mazmorras que tiene a su disposición Pedro Luis Bernal, ahí, donde hasta el espíritu más indómito en la defensa de sus ideales, se quebranta ante los barrotes de la privación de la libertad.
La Comisión de derechos Humanos, que en ambos casos intervino, cuando en el primero ha determinado que hubo violaciones a los derechos humanos de los agredidos en forma tumultuaria y pidió castigo para los responsables.
Desde el punto de vista del presidente del PAN, Germán Martínez, el alcalde panista, su compañero de partido debe ser el responsable porque fue el que dio la orden de agredir a los manifestantes y porque es el jefe de los agentes de la policía; es el jefe del director Alfredo Castellanos.
¿Que dijo en su momento el alcalde panista¡ Aceptó la recomendación argumentando que los policías señalados como agresores ya no estaban en la corporación; sabemos, por sus compañeros, que fueron despedidos a tiempo pero que iba a llevar a cabo una investigación .
Solamente que sabemos que en México, en toda la historia del México reciente, nunca se ha terminado una investigación. La matanza del 2 de octubre del 68 y la del 10 de junio del 71, por citar los más claros ejemplos, después de décadas, no se han terminado y los responsables gozan de total libertad e impunidad. José Ángel tampoco terminará nunca la investigación prometida.
Por eso hemos sustentado siempre que los políticos mexicanos, nacieron mintiendo, viven mintiendo y morirán mintiendo. Son peores los que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo. De esos, que Dios nos encuentra confesados.

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