miércoles, 24 de septiembre de 2008

Un Comentario/Robespierre

Un Comentario


Por: Robespierre
DESDE SIEMPRE, el negocio del vicio ha dejado muchas ganancias a nuestros políticos comarcanos; tantas, que con el tiempo, con ellas recuperan, con mucho, la millonaria inversión que realizan en sus costosas campañas electorales que ahora se ganan con mucho dinero. En la Comarca Lagunera, hasta ahora, es la venta inmoderada de cerveza y licor, especialmente el clandestinaje, el renglón más socorrido de los políticos para recuperar la inversión hecha en campaña. El caso el palpable que conocemos es el de San Pedro de las Colonias cuando era presidente municipal el ex perredista y ahora priista Emilio Marcos Wong, “El Chino Maldito”. Este siniestro personaje llegó a la alcaldía por un partido de oposición por vez primera en la historia de ese municipio. Fue tanto el despilfarro que tuvo que realizar en su campaña político que en los primeros días como alcalde no tenía ni para sostener a su familia. Fue en esos momentos que acudió al salvamento que proporciona la explotación del vicio, sobre todo en un municipio donde el área rural es extensa y la venta de cerveza un filón de oro. Mediante uno de sus funcionarios, empezó a recibir fuertes cantidades de dinero mensuales de la Cervecería Carta Blanca. Por cada botella que se vendía en ese municipio, el alcalde recibía una pequeña cantidad pero que, en volumen, alcanzaba muchos miles de pesos mensuales que se repartía, con la mayor parte para el jefe, entre algunos de sus cercanos colaboradores. La empresa Corona, rival de la Carta Blanca, también pagaba pero lo hacía en especie, es decir, pagaba las facturas de publicidad y otros artículos; esta empresa no es muy dable a entregar dinero en efectivo como la Carta Blanca.
A cambio, las dos empresas cerveceras, líderes en ventas en la Comarca Lagunera, recibían el disimulo y protección de las autoridades policíacas por los valores entendidos entre el grupo del alcalde y las cervecerías. Estas empresas recibían a tiempo el “pitazo” de los días en que habría operativos contra el clandestinaje y se protegían a tiempo. El municipio de San Pedro de las Colonias es uno de los que tiene todavía gran cantidad de ejidos. Los festejos del reparto agrario son de un muy alto consumo de cerveza en esos lugares que, aunque prohibido por la ley, eran permitidos por las autoridades municipales con el pretexto del aniversario ejidal. Las jugosas ganancias eran para comisariados ejidales y autoridades municipales.
Así fue como Emilio Marco Wong, hoy “probo” funcionarios del gobierno del estado, traicionó a sus correligionarios y fue “convencido” por Rubén y Humberto Moreira se regresar al PRI, como si fuera la “oveja negra” de la familia priista que lo cobijó con un jugoso salario y presupuesto. “El Chino Maldito” se hartó de llenarse las bolsas de dinero proveniente de la explotación del vicio.
Este, como otros varios sucios negocios, no son patrimonio exclusivo del municipio de San Pedro de las Colonias. Lo traemos a manera de parámetro porque es del que tenemos informes fidedignos. Pero ha existido y existe en todos los municipios de la Comarca Lagunera; lo mismo en Viesca que en Francisco I. Madero, en Matamoros y en Torreón. Y es precisamente motivo de nuestro análisis el municipio de Torreón por la envergadura del negocio que debe ser en proporciones mucho mayores.
Torreón es el municipio que, por ser el más poblado, la venta de cerveza es también mayor; lógicamente, el dinero proveniente de la corrupción es también en mayores cantidades; irresistible a la tentación.
Certificamos esto cuando en los inicios de la presente administración, el entonces director de Inspección y Verificación Municipal, Heriberto Martínez, hombre honesto ---en ese entonces--- por motivos de su religión cristiana, se sorprendió cuando recibió en un sobre la cantidad de 40 mil pesos proveniente de una empresa cervecera local; era el pago del contubernio para no molestar a la venta clandestina de cerveza. En ese momento desechó el soborno; después de eso no supimos si sucumbió a la tentación; posiblemente sí porque nunca hizo nada para detener el clandestinaje posteriormente ni la proliferación de los llamados “casinitos” que envicia a nuestros niños.
El alcalde, los Directores de Seguridad Pública y de Inspección y Verificación y hasta el regidor presidente de la Comisión de Alcoholes, aparecen como responsables y beneficiados de esta corrupción. Y claro, a mayor dimensión de la autoridad, la ganancia es mayor. No se puede negar que tanto agentes de la policía preventiva como inspectores de Inspección y Verificación están sumidos en la corrupción. Es parte de su modus vivendi. Solo así se entiende que el ritmo de vida que llevan supere en mucho a sus ingresos. En Inspección y Verificación hasta una simple secretaria posee una camioneta de reciente modelo color blanco que todos los días la estaciona en el estacionamiento de Matamoros y Ramón Corona.

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