¡Fuego!
Por la Lic. Consuelo Esquivel.
EL MATRIMONIO RELIGIOSO.- Las personas que inocentemente estén creyendo que el matrimonio religioso tiene alguna validez para toda la vida, como nos habían hecho creer los padrecitos, hemos de hacer una aclaración: el matrimonio dura, hasta que alguno de los cónyuges se mocha con la autoridad eclesiástica, para que se lo anule, así haya usted procreado 7 ó 9 hijos, y ya se le hace pesada la carreta, no hay como ser generosos con la iglesia para que ésta, sin consultar con el tardado Vaticano, de inmediato lo deje chino libre.
LA DIOCESIS DE TORREON.- Sin ninguna consideración, sin investigar si había hijos o no, si hubo causa grave para el rompimiento del que se llamaba “sagrado matrimonio”, María del Carmen, recibió una insolente carta del pomposamente llamado “Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Torreón”, donde se le comunicaba que, su matrimonio religioso había sido nulificado, sin siquiera haberla llamado a comparecer para saber por que motivo se había separado del marido.
ACUDE EL PADRE.- Como siempre, los padres son los que le salen al toro y en esta ocasión, fue don Leonardo –padre de María del Carmen- quien acudió a solicitar información sobre el caso. Ni siquiera se imaginó que hubiera tanto cinismo en un representante de la Iglesia y menos si este es de los que se la pasan cantando “La verdad os hará libres”; cuando fue recibido por el “Vicario Judicial”, SP Ramón Sevilla Flores, sacerdote jesuita, sin pena ni rubor le dijo que “el vínculo matrimonial lo disolvieron, porque el que fuera marido de su hija dio una muy buena donación a la diócesis”.
LO QUE UNE DIOS… Por eso digo, ya no hay qué andar creyendo en eso que fervorosamente le dicen al pie del altar de que lo que une Dios, no lo separa el hombre, pues son palabras falsas dichas por los mercaderes que dicen Dios echó a latigazos del templo.
EL COLMO.- Para cerrar con broche de oro y para darle legalidad al acuerdo, el l4 de Mayo pasado, a la afectada le enviaron un documento con el logotipo del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Torreón, donde se le informa que “hoy terminamos en primera instancia la causa de nulidad citada al rubro. Si usted tiene interés de conocer el fallo puede acudir en horas hábiles a este Tribunal. Cualquier comparación con los Tribunales Civiles, donde le piden mordida para atenderlo, es pura coincidencia, por lo que ahora me explico, por qué los jóvenes ya no se casan, viven en pareja, en lo que comúnmente llamamos amasiato, sin preocuparse de que algún día, cualquier padrecito mercader le anule su matrimonio, por la única razón de “ser generoso con la Iglesia”. Van de mal en peor.
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(Continuará mañana)
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