"Juniors" Laguneros en pos de la presidencia municipal de Torreón

Yussef Mansur, hijo de Hassan Mansur

“Juniors” laguneros, en pos de la
presidencia municipal de Torreón


Por: Manuel Padilla Muñoz
La conferencia magistral que dictó en esta ciudad de Torreón el ex presidente de Colombia, César Gaviria, quien en su tiempo luchó, ayudado siempre por los Estados Unidos, contra los grandes capos colombianos de la droga ---de ahí el interés por escucharlo---, sirvió de esplendoroso marco para el debut del grupo Instituto Político Empresarial (IPE) en la política regional y estatal.
Este recién nacido grupo político está integrado por “jóvenes empresarios” laguneros cuyas familias poseen enormes fortunas ---en el argot vulgar se les conoce como “Juniors”--- cuya meta es apoderarse de la presidencia municipal de Torreón dentro de poco más de un año, auspiciados y promovidos por el “Hermano cómodo” y dirigente estatal del PRI, Rubén Moreira Valdés.
Desde el año pasado, en una de nuestras columnas dimos a conocer que en el ánimo de Rubén Moreira bullía el interés de promocionar a un joven empresario lagunero como candidato a la alcaldía por ese partido y que todo indicaba que el elegido podría ser Nessim Issa Tafich, hijo del “magnate hombre de negocios dueños de casi la mitad de las gasolineras y gaseras de Torreón” (parodiando a la Familia Peluche), Salomón Issa Marcos, propietario de Combugas y muchas otras empresas, con parentesco con el ex alcalde Salomón Juan Marcos Issa.
La prestigiada revista coahuilense Espacio 4 Dice:
“Negocios de familia

La investigación de la PGR será la que determine si el Grupo SIMSA, uno de cuyos directivos, Nesim Issa Tafich, es mencionado como aspirante del PRI a la alcaldía de Torreón, tiene alguna responsabilidad por el decomiso de droga en una de sus unidades. Mientras tanto, el caso trajo a la mente la historia de una de las empresas de mayor crecimiento en la última década, después de un conflicto con Banamex.”

Nuestra fuente de información en esa ocasión fue una persona muy cercana a Rubén Moreira, presidente estatal del PRI. Después de publicarla, un pariente de Don Salomón Issa nos hizo saber que, en efecto, había interés de parte del empresario gasero quien estaba dispuesto a invertir lo que fuese necesario para que su hijo fuera alcalde de Torreón.
La versión se fortaleció cuando, meses después, se dio a conocer la constitución del grupo político denominado Instituto Político Empresarial, que es la fachada para ingresar a los jóvenes hijos de importantes empresarios a la política municipal. Más, cuando se sabe que tienen la bendición del dirigente estatal del PRI.
Al parecer, existen dos importantes factores del porque Rubén Moreira ha fomentado la creación de este grupo de “Juniors”.
Primero, la carencia de liderazgo y personalidades dentro del PRI para ser candidato a la presidencia municipal de Torreón que le garantice al PRI el triunfo en el 2009 y lograr así el sueño de Rubén Moreira de arrebatar el poder municipal de Torreón al PAN. Eduardo Olmos Castro, al ser enviado a una diputación local, de hecho es la forma subliminal y diplomática de los Moreira para eliminarlo como candidato pues el estigma de perdedor y su manifiesta incapacidad política representan el riesgo de una nueva derrota del hijo del ex zar gasolinero Eduardo Olmos.
Teniendo en consideración lo que hemos aprendido a últimas fechas y los hemos dicho a través de nuestras columnas políticas, en el sentido de que los partidos políticos y sus mediocres candidatos han prostituido el voto de los ciudadanos de Torreón, se llega a la conclusión de que las elecciones, en la actualidad, se ganan con tres factores: Dinero, dinero y más dinero para comprar la voluntad popular lo que representa una grave ofensa al pueblo de México pues los candidatos, por su carencia de liderazgo, tienen que recurrir a aprovechar el hambre de nuestro pueblo para, por unos pesos, inducirlos a votar por quienes ven la política como forma de enriquecimiento y no una forma de servicio social.
Así pues, teniendo en cuenta la carencia de políticos que obtengan en forma democrática el voto del pueblo, tienen que acudir a la compra del mismo. Para eso se necesita dinero, mucho dinero. Y los jóvenes empresarios del Instituto Político Empresarial, entre los que figuran el propio Nessim Issa Tafich, Yussef Mansur, hijo del empresario Hassan Mansur y el hijo de Salomón Juan Marcos Issa y actual diputado local (plurinominal, claro, porque por si mismo nunca ganará una elección constitucional democráticamente), tienen dinero... ¡y de sobra!. La táctica priista puede muy bien ser: si el candidato no tiene la capacidad de obtener democráticamente los votos... ¡hay que comprarlos!
En todo caso, sería el propio Rubén Moreira, con su demostrada hiperactividad priista, quien realizaría el trabajo electoral, como lo va a hacer para los candidatos a diputados locales.
No se puede ocultar que muchos líderes sociales de las colonias populares, el granero de votos, son quienes más ganan dinero con los partidos políticos y candidatos pues son ellos quienes tienen el control político de sus vecinos. Y por eso cobran y se quedan con muchos apoyos en efectivo y en especie. A últimas fechas ha crecido mucho este grupo de vividores de los procesos electorales.

¿CUANTO CUESTA LA PRESIDENCIA MUNICIPAL DE TORREÓN?
De acuerdo a fuentes panistas, el actual alcalde panista José Ángel Pérez gastó una cantidad estimada en 12 millones de pesos (un millón de dólares) para obtener la presidencia municipal de Torreón habiendo logrado poco más de 114 mil votos. Fuentes priistas que consultamos estiman que el candidato perdedor, el priista Eduardo Olmos Castro, gastó unos 40 millones de pesos en su frustrada campaña, obteniendo poco más de 95 mil votos.
Las mismas fuentes dicen que cada voto, cuesta unos 200 pesos a cada votante y 500 pesos a los “líderes sociales” de cada colonia más una ayuda para el desayuno a los votantes y así llevarlos a votar a las casillas.
Las mismas fuentes explican como funcionan las llamadas “casas amigas” que en algunas colonias instalan los partidos políticos. Eligen la casa de un militante de ese partido a la que llaman “casa amiga”. El día de la votación, desde temprana hora, un representante del partido o del candidato (los hacen tanto PRI como PAN). Al primer votante, le piden que vaya a la casilla, realice todos los trámites para votar y cuando esté en la casilla, cubierta totalmente porque el voto es secreto, no deposite las boletas sino que las lleve a la “casa amiga” donde, a cambio, recibe sus 200 pesos. Esas boletas de inmediato son cruzadas con el voto al partido que lleva a cabo la “operación”.
Después, al segundo votante, se le entregan las dos boletas ya votadas por determinado candidato y las lleve en secreto. A la hora de votar, deposita en las urnas las que le entregaron y esconde las nuevas que le dieron. Al llevarlas a la “casa amiga”, recibe sus 200 pesos. Y así sucesivamente todos los votantes que se pueda para influir en la votación. Así se compran los votos y la conciencia ciudadana. Se aprovecha la necesidad y el hambre de la gente pobre para que los ricos, los que pueden invertir millones de pesos, se hagan más ricos con los cargos públicos. ¿O no?

DAÑO A LA DEMOCRACIA
Estas prácticas, que no se pueden negar y cada vez más sofisticadas, provocan un serio daño a la democracia: se prostituye el voto y las candidaturas de los cargos públicos quedan en manos de la clase social poderosa, los ricos, que tienen capacidad para invertir millones de pesos en una elección, sin importar que tipo de persona sea el candidato. Así hemos visto que hasta capos de la droga han sido alcaldes y otros muchos diputados locales y regidores con antecedentes delictivos y que aprovechan el cargo para lograr impunidad, la maldita impunidad, el principal problema social de México.
Desde esta situación las candidaturas están vedadas para personas de la clase media alta y baja a pesar de que en esos sectores hay personas muy capaces y honradas. La carencia de poder económico es, pues, su peor enemigo; no así para los ricos que, casi siempre, son los más corruptos. Una vertiente de la antidemocracia. No podemos decir, pues, que en Coahuila hay democracia. Es esta la cauda principal del abstencionismo cada vez más galopante y la decepción en nuestras instituciones democráticas llamadas partidos políticos y en los mismos políticos mexicanos de los cuales se puede bien aplicar que nacieron mintiendo, viven mintiendo y morirán mintiendo.
Después de todo, somos un pueblo castrado que no defendemos nuestros derechos a gobernarnos nosotros mismos. Por eso fue acuñada certeramente la frase: Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Y nosotros, por nuestra indolencia y apatía, nos merecemos estos malos gobiernos de políticos peores.