sábado, 7 de junio de 2008

Resonancia/Humberto González Ordaz

Resonancia


Por: Humberto González Ordaz
Urge que nuestros levanta dedos, o sea los diputados, hagan algo por parar los abusos –que muchos llaman robos- que cometen nuestros políticos para quedar bien social y políticamente con comilonas, boletos para espectáculos otras diversiones con sus correligionarios, amigos y hasta que amantes. Para nadie es desconocido, que los señores políticos, disponen de los recursos públicos para hacerse publicidad o bien quedar bien con sus compañeros de correrías, como son los políticos y funcionarios de los distintos niveles de gobierno. El caso más reciente, fue el del alcalde de Torreón, que dispuso del erario público, no menos de 250 mil pesos paras invitar a una comida a políticos del estado de Nuevo León y todavía peor, pagarles su estancia en lujosos hoteles y además obsequiarles boletos para que asistieran a un juego de fútbol. Todo estaría más que bien, si ese dinero hubiese salido del bolsillo de José Angel, el que gobierna Torreón, pero no, esos recursos salieron de las arcas públicas. Naturalmente, que nada va a pasar, pues los que deben de sancionar ese delito, o sea ese peculado, también hacen de las suyas con dinero que proviene de los impuestos de la ciudadanía. Y eso va también con políticos de acá de este lado del Nazas, pues otro reciente ejemplo, es la promoción que se hace el alcalde de Lerdo, Carlos Aguilera Andrade a través de cuatro espectaculares, que pagó no de su bolsillo, sino también de los impuestos de los sufridos contribuyentes. Mientras que nuestros políticos hacen y des hacen con el dinero del pueblo, este no tiene ni siquiera para comer una vez al día, pero eso sí, nuestros políticos, en una comida se gastan lo que un obrero gana en tres años de sueldo, pues.

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